martes, 10 de septiembre de 2013

Valor y coste de las energías renovables: Trascendiendo los números para vislumbrar el resto de la foto


En este post, para discutir este aspecto, me voy a centrar principalmente en la termosolar (CSP), por ser esta una tecnología renovable con peculiaridades que la hacen más compleja desde el punto de vista de acompañar su avance por la curva de aprendizaje, y por tanto conseguir materializar sus potenciales beneficios para la sociedad.  En un post anterior ya discutí algunas de estas peculiaridades.

Para ilustrar esta discusión, recojo en la Figura-1 los objetivos de reducción del coste normalizado de la electricidad (LCOE) de la CSP para el año 2020  de la iniciativa SunShot del Departamento de Energía de los EEUU (DOE), lanzada en el año 2012.

 

Figura-1: Objetivos de reducción del LCOE de la CSP para el año 2020 según la iniciativa SunShot

Como podemos ver, el objetivo de esta iniciativa del DOE es materializar una reducción del LCOE de la CSP desde valores del orden de 20 c$/kWh en el 2010 hasta 6 c$/kWh en el 2020.

Lo primero que podemos comentar de los objetivos del SunShot, por lo que se refiere a los valores del LCOE, es que realmente no son nada demasiado nuevo, ya que a lo largo de los últimos 20 años hemos podido ver desarrollos de escenarios anticipando valores potenciales del LEC de la CSP de este orden (e incluso inferiores) al avanzar por la curva de aprendizaje (a modo de ejemplo en el estudio Renovables100% se proporcionan escenarios del LCOE para las distintas tecnologías renovables y con un nivel de resolución provincial en España). Pero hay que reconocer la habilidad comercial de EEUU para colocar iniciativas de este tipo directamente en primera página de la agenda internacional: También en esta dimensión tenemos bastante que aprender en España.

Lo que sí que resulta más sorprendente son los plazos de tiempo asociados a la materialización de los objetivos del SunShot (8 años desde su publicación en 2012 hasta el 2020), y hacen pensar que probablemente estemos aprendiendo poco de lo que nos ha sucedido en el pasado…

La realidad es que a menudo nos quedamos estancados en las proyecciones de costes como las presentadas en la Figura-1, sin trascender el análisis y el diagnóstico a la relación entre el coste de las renovables y el valor que aportan. En efecto, es en la diferencia entre valor aportado y coste incurrido dónde realmente podemos sacar conclusiones sobre el beneficio absoluto y comparativo a otras tecnologías energéticas, y por tanto, el estancarse en la dimensión del coste no es suficiente para captar el conjunto de la foto y poder así tomar las decisiones adecuadas. Estas consideraciones de la comparativa entre coste y valor aplican tanto a la comparativa con otras tecnologías, como a la comparativa de una tecnología con ella misma a lo largo del tiempo.

Respecto a la comparativa con otras tecnologías, y especialmente con esas (actualmente denominadas ‘convencionales’) que externalizan una buena parte de sus costes reales, la comparativa tan solo en la dimensión de costes es totalmente engañosa y camufla totalmente las implicaciones de las decisiones adoptadas. En un post anterior ya desarrollé un análisis de la comparación entre costes y valor aportado por las tecnologías renovables, presentando cuantificaciones de los mismos, de tal forma que se contextualiza la comparativa con las tecnologías 'convencionales' que si bien en la actualidad pueden tener un coste menor (en gran parte por la ausencia de internalización del conjunto de sus costes), pero también aportan un valor MUY inferior. El considerablemente mayor beneficio neto (valor menos coste) de las renovables es lo que justifica el que reciban un apoyo de la sociedad para recorrer su curva de aprendizaje y materializar su potencial beneficio para la sociedad.

En este post quería centrarme en el segundo caso, esto es, la comparativa de una tecnología con ella misma a lo largo del tiempo. En efecto, retomando el caso del escenario SunShot recogido en la Figura-1, el valor de esta tecnología HOY a un coste de 20 c$/kWh puede ser considerablemente superior que el valor de esta misma tecnología en un FUTURO a un coste de 6 c$/kWh, de tal forma que el beneficio (valor menos coste) puede ser considerablemente superior HOY que en un FUTURO, lo cual modifica totalmente las conclusiones que uno puede sacar al observar escenarios de evolución de costes como el de la Figura-1. En efecto:

·         HOY es realidad, FUTURO es especulación, lo cual le confiere a cada uno de ellos un valor significativamente diferente.

·         El invertir HOY en la realidad de 20 c$/kWh conduce a convertir en realidad la especulación del FUTURO, lo cual le da un valor añadido a la realidad de HOY.

·         Invertir HOY a 20 c$/kWh activa dimensiones económicas que no se activan si esperamos a que en el FUTURO, otro país nos proporcione esa tecnología a 6 c$/kWh. Una vez más, esto proporciona un valor añadido al HOY.

Por otro lado, el nivel de especulación en escenarios como el SunShot puede ser relativamente elevado, lo cual reduce su valor. Es evidente que la I+D tiene que seguir potenciándose para empujar el avance de la tecnología por curva aprendizaje, y en esto el programa SunShot lo está haciendo muy bien. Pero lo que actualmente está retrasando el avance de la CSP por su curva de aprendizaje (o más bien de la materialización en términos de coste real de este avance) no es la I+D, pues ni tan solo se han cristalizado en el coste actual de esta tecnología la gran mayoría de los avances en I+D de los últimos 20-30 años.  La incapacidad de reconocer esta realidad nos condena a un estancamiento dónde difícilmente veremos materializarse escenarios como el SunShot.

Sin ir más lejos, en España no hemos visto la materialización de estos avances por la curva de aprendizaje en forma de una reducción del coste de la CSP, pudiendo identificar distintas causas para ello:

·         Pagar el precio de nuevos desarrolladores entrando en el mercado (cobertura altas incertidumbres y riesgos). En efecto, en el periodo del 2008 al 2012 en el que la CSP se ha desarrollado en España, hemos asistido a la entrada en el mundo de la CSP de actores sin una trayectoria previa significativa en esta tecnología. Sin embargo, este es un valor que hemos generado con nuestro sistema de apoyo a la CSP, pues ahora hay más actores para participar en las licitaciones de plantas CSP, mejorando su competitividad y reduciendo por tanto los costes, si bien es cierto que el beneficiario de este valor añadido es el resto del mundo y no tanto España, lo cual es una primera muestra de la ausencia de inteligencia en el mecanismo de apoyo a la CSP en España.

·         La ausencia de evolución inteligente de los mecanismos de apoyo en España: Una FIT (Feed In Tariff) sin una vinculación inteligente con la tecnología para promocionar la materialización de su avance por la curva de aprendizaje. De hecho varias de las medidas aplicadas últimamente (limitar horas de producción, recortes discontinuos y retroactivos de tarifas, cambio retroactivo del tratamiento de la hibridación,...) lo que ponen de manifiesto es una ausencia absoluta de inteligencia en la estrategia reguladora (además de ser un auténtico motivo de bochorno en los foros internacionales, aunque uno ya ha aprendido a desligarse totalmente de la inmadurez del sistema político Español…).

De hecho, la mayor causa de retraso en la cristalización de las reducciones del coste real de la CSP es, tanto en la actualidad como en los últimos 30 años, la ausencia de un marco estable para los desarrolladores y promotores de esta tecnología. En efecto, la CSP no es una tecnología modular, a diferencia de la FV o la eólica, por lo que la única forma de reducir los márgenes entre los costes reales y los de mercado, así como reducir el impacto de los sobrecostes de aprendizaje, es mediante un contexto estable que elimine las incertidumbres (y con ello la necesidad de su cobertura económica mediante un sobre coste), en el que no sea preciso recuperar toda la inversión y riesgo en las primeras plantas porque habrá otras más adelante. Y en este aspecto también, España lo ha hecho fatal, introduciendo incluso precedentes de elementos de retroactividad, reduciendo muy significativamente la contribución real del sistema de apoyo a la CSP en España al avance por la curva de aprendizaje de la CSP.

Teniendo en cuenta el tiempo necesario para el desarrollo de las centrales de CSP (3 - 4 años), así como el hecho de que los avances en I+D tardan un tiempo en realizarse y requieren de un periodo de tiempo adicional para trasladarse a los desarrollos comerciales acreditando (mediante demostración) la confianza suficiente como para poderse financiar a nivel comercial, realmente no parece demasiado realista pensar que avances en I+D actuales vayan a impactar significativamente el LEC de la CSP en el 2020 si no hay un marco estable para cristalizar dicho avance, reflejando en primer lugar el impacto de los avances en I+D del pasado. En efecto, ya hay encima de la mesa suficientes opciones tecnológicas de la CSP como para avanzar por curva de aprendizaje significativamente. Sin duda otras opciones tienen que entrar, pero de aquí al 2020, el asumir que se vaya a cristalizar el avance de esos nuevos desarrollos I+D en un avance por la curva de costes real, a la vista de la historia, básicamente es especulación.

A diferencia de la CSP, la FV y la eólica han tenido entornos estables para avanzar por su curva aprendizaje, y además su naturaleza modular y mayor universalidad de disponibilidad del recurso (especialmente en países más avanzados en la promoción de las renovables) les ha permitido cristalizar estos avances en periodos más cortos de tiempo, y repartiendo la carga de apoyo entre distintos países.

La CSP no ha tenido este entorno estable. Primero fue EEUU en los 80-90 quien fracasó en proporcionar el entorno estable requerido por esta tecnología, y posteriormente ha sido España en el 2008-2013 la que ha fracasado en proporcionar esta estabilidad. Es importante resaltar que es precisamente en CSP donde países como España podían haber hecho una contribución global al avance de la transición energética, pues en otras tecnologías (FV y eólica) España ha ido básicamente a remolque de los avances hechos en otros países por lo que se refiere a proporcionar un contexto regulatorio que facilite el avance de las tecnologías por la curva de aprendizaje.

Es cierto que la actuación en España para poner en valor la CSP ha sido bastante penosa, si bien ha tenido aspectos positivos que desafortunadamente a menudo no se reconocen. Lo peor, quizás, es el hecho de que frecuentemente, fuera de España, se escuchan interpretaciones sobre el papel que ha cumplido el sistema de apoyo Español para el desarrollo de la CSP que distan mucho de la realidad, indicando que las lecciones de lo que aquí ha pasado pueden no estar internalizándose en los mecanismos de apoyo de otros países.

En efecto, el mensaje que a menudo se escucha fuera de España, alimentado por las campañas de desinformación emitidas tanto por el propio gobierno (para intentar justificar sus injustificables políticas energéticas) como por los lobbies de apoyo a las tecnologías de generación eléctrica basadas en combustibles fósiles (para intentar recuperar el terreno perdido en unas inversiones injustificables en tecnologías inapropiadas que ahora ven que no pueden utilizar porque las renovables cubren la generación necesaria), es el de unas FIT 'generosas' para la CSP. Si bien es posible que en otras tecnologías renovables las FIT sí que hayan podido ser generosas, especialmente por el desacoplamiento temporal con el avance por la curva de aprendizaje, la realidad para la CSP en España ha sido bien distinta: 10 años de retraso en la activación de la CSP dentro del Régimen Especial, desde 1998 hasta que en el 2007 atinaron con una tarifa suficiente para activar el mercado, incluyendo episodios de ‘país de pandereta’ en los que el gobierno anunciaba unas FIT y tan pronto como se despertaba interés comercial en desarrollar las primeras plantas se echaban atrás y las retiraban.

La FIT del RD 661/2007 que consiguió finalmente destapar el interés por desarrollar comercialmente centrales CSP en España (27 c€/kWh), fue suficiente para 'desempolvar' los últimos 25 años sin actividad comercial de esta tecnología en todo el mundo, lo cual requería sobrepasar un umbral de rentabilidad para la activación del mercado, pero desde luego no andaba 'sobrada' teniendo en cuenta las estructuras de precio que teníamos por entonces y la ausencia de un marco estable para el desarrollo de la tecnología (no tan solo en España, sino en todo el mundo).

Este 'desempolvar' la tecnología y activarla a nivel comercial después de 25 años sin actividad, es una importante aportación positiva del sistema de apoyo a la CSP en España que a menudo no se reconoce a nivel internacional.

Otra aportación positiva del sistema de apoyo Español a la CSP en el periodo 2007-2012 es el haber aumentado el número de actores en el mercado que pueden desarrollar plantas CSP. Antes del empuje Español, se contaban con una mano las empresas que podían abarcar el desarrollo de estas plantas, por lo que el nivel de competitividad en cualquier licitación era prácticamente nulo. La actividad en España sirvió de 'campo de aprendizaje' para que numerosas empresas Españolas se lanzaran a esta tecnología, con el efecto beneficioso, de que ahora hay bastantes más actores presentándose a las ofertas de estas plantas (basta con echar un ojo a las plantas en construcción o desarrollo en el resto del mundo para identificar prácticamente en todas ellas a empresas españolas). Este es un beneficio del proceso FIT en España por lo que respecta a la CSP del que se va a beneficiar el resto del mundo, pero no España, dada la brusca interrupción del proceso de apoyo a la CSP en nuestro país. Hay un beneficio a corto plazo, que es que los contratos actuales de las plantas de CSP se los están adjudicando empresas españolas o consorcios en los que participan empresas españolas, pero por un lado este es un beneficio que no repercute sobre el conjunto de la sociedad española, y por otro lado es una situación de privilegio con clara fecha de caducidad a medida que se vayan incorporando otras empresas internacionales a desarrollar este tipo de plantas (lo cual ya está notándose en algunas de las adjudicaciones más recientes como por ejemplo las de Marruecos). 

Por tanto, a diferencia del mensaje que a menudo se escucha fuera de España de que las FIT para CSP en España eran excesivamente ‘generosas’ y por eso colapsó el sistema de apoyo a esta tecnología, la realidad es que por un lado las FIT para esta tecnología no eran excesivamente ‘generosas’ y que el sistema de apoyo Español a la CSP ha aportado un valor significativo al desarrollo de esta tecnología, levantándola del letargo comercial de las últimas 3 décadas y aportando nuevos actores para mejorar los procesos competitivos de adjudicación de las próximas plantas. Pero el sistema de apoyo Español a la CSP ha fallado en el elemento fundamental, el dotar de estabilidad al desarrollo de la tecnología, lo cual está íntimamente relacionado con la sostenibilidad del mecanismo de apoyo planteado, y las consecuencias de ello son que por un lado gran mayoría de los beneficios del apoyo Español a la CSP se recolectarán fuera de España, y que no hemos visto materializado el impacto del avance por la curva de aprendizaje en costes reales de las centrales construidas en nuestro país.

Otro elemento en el que claramente ha fallado el sistema de apoyo Español a la CSP (y en general al conjunto de las renovables), es el contar con la transparencia necesaria, uno de los ingredientes fundamentales para dotar de sostenibilidad al mecanismo de apoyo. Ahora estamos en gran medida pagando las consecuencias de este hecho por la ausencia de entendimiento y reivindicación del conjunto de la sociedad Española en relación a la pésima gestión que se ha hecho y se está haciendo del proceso de transición energética. En efecto, virtualmente todas las centrales CSP construidas hasta la actualidad han contado con ayuda pública. En España también ha sido así, vía subvenciones las primeras centrales y vía  FIT la mayoría de las centrales CSP que se han construido en nuestro país. Está bien que este contexto de apoyo al desarrollo de la CSP haya servido de plataforma de aprendizaje para numerosas empresas españolas que se han posicionado en el mercado internacional de la CSP, pero lo que no está bien es el secretismo en relación a los resultados obtenidos con estas centrales desarrolladas con el apoyo del conjunto de la sociedad (que es quien paga las FIT en último término). Muchas de las centrales CSP desarrolladas dentro del marco de apoyo en España lo han sido como 'showcases' para atraer negocio futuro a las empresas que se embarcaron en su construcción y desarrollo. Pero al hacer esto con dinero público, los resultados correspondientes al desempeño real de cada una de las plantas construidas deberían ser información de dominio público también. Y este no es el caso en España, dónde la información pública disponible, relativa al desempeño real de cada una de las plantas que están cobrando una FIT pagada por la sociedad Española, es prácticamente nula. Y la realidad es que aunque hay centrales CSP operando mejor de lo previsto, pero también hay otras haciéndolo peor, y la transparencia en esta información es fundamental para empujar tecnología por curva aprendizaje y para dotar de sostenibilidad al mecanismo de apoyo.

Para ilustrar este punto, en la Figura-2 recogemos una comparativa del desempeño del conjunto del parque CSP Español entre los años 2007 y 2011. El indicador de desempeño empleado es el cociente entre el factor de capacidad del conjunto del parque CSP en operación respecto al factor de capacidad que debería haber tenido si las centrales hubieran producido la electricidad que afirmaron que producirían. La barra roja (performace (raw)) corresponde a la generación acumulada de la CSP sin ningún post-tratamiento, mientras que la barra verde (performance (corrected)) corresponde a introducir correcciones por desajustes entre fecha disponible de conexión a red e inicio de retribución bajo el RE. Por último, las barras violetas representan los umbrales característicos de aceptación de este tipo de centrales, para una central que entrara en operación en el año 2008, en los que se proporciona un cierto margen de aprendizaje en la operación de la central durante los tres primeros años. Como podemos observar, a juzgar por estos resultados, el conjunto del parque de centrales CSP Español durante estos años presentó un desempeño significativamente inferior al que debería haber proporcionado. Sin duda hay algunas de las centrales CSP construidas en nuestro país que están proporcionando un desempeño incluso mejor del inicialmente proyectado, pero el hecho de que el promedio del parque presente este nivel de sub-desempeño es indicativo de que algunas de las centrales deben estar comportándose muy por debajo de lo que eran sus prestaciones proyectadas. La significativa diferencia entre las prestaciones reales y las mínimas que deberían haber satisfecho las centrales CSP para que fueran finalmente aceptadas (diferencia entre barras violetas y verdes en la Figura-2), parece indicar que los procesos de aceptación de estas plantas tampoco fueron los rigurosos que deberían haber sido.

Como decíamos anteriormente, el nivel de información de acceso público relativo al desempeño de las centrales CSP es muy escaso, por lo que los resultados de la Figura-2 hay que tomarlos como provisionales, pero claramente indican la necesidad de una auditoría independiente del desempeño de las centrales CSP Españolas, y enfatizan la necesidad de dotar de transparencia a los resultados de la operación de estas centrales desarrolladas con apoyo público.

 


Figura-2: Comparativa del desempeño del conjunto del parque CSP Español entre los años 2007 y 2011

 
En definitiva, huyamos de la interpretación falsa y simplista de que las FIT Españolas para la CSP simplemente fueron un despilfarro de dinero, reconozcamos lo bueno que ha traído el proceso de apoyo a la CSP en España entre los años 2007 y 2012, y sobretodo afrontemos y compartamos las limitaciones y errores del mecanismo de apoyo FIT Español para que los mecanismos de apoyo que están despegando en la estela del colapso del sistema de apoyo Español aprendan de los errores y contribuyan a aportar la estabilidad, transparencia y sostenibilidad que la CSP necesita para desarrollar su potencial rol en la transición del sistema energético global.

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